Es muy triste la realidad de ancianos abandonados a su suerte. El pensamiento perverso es: ¿sabrá Dios qué tipo de padre fué para que esté en esa condición?, con el cual estoy en total desacuerdo. Porque el mensaje del Amor de Dios, no es retaliativo, ni mucho menos tan cruelmente indiferente. Amar a un anciano, debe ser producto de corresponder en la protección que le damos, la protección que amorosamente recibimos nosotros de Dios. No somos jueces para criticar el pasado de una persona. Porque así como un niño nos inspira deseos amorosos por su indefensión, así mismo ocurre con el indefenso anciano que ya no puede valerse por sí mismo porque su edad le impide ser contratado, pese a los deseos que tenga de seguir trabajando, en virtud del abandono ingrato de sus hijos. El anciano merece todo nuestro respeto y apoyo, ¡no menos!!!!!. Si algún familiar anciano te ofendió en el pasado, perdónalo, deja la causa de la justicia a Dios, y has lo más cristiano que corresponde: que es ayudarlo con el amor que esa edad exige como retribución, así creamos nosotros que sea inmerecido. Sólo Dios tiene el derecho de decidir si es merecido o no. Hoy: abraza a ese familiar anciano, y dile que lo amas y que cuenta siempre contigo; y permita Dios que el mensaje de este post llegue a aquellos corazones que por algún motivo guardan resentimientos contra algún familiar anciano. Nunca olvides que Dios nos está mirando, y a veces no entendemos por qué nos ocurren cosas que pensamos que no merecemos, pero que sólo Dios sabe la causa de su ocurrencia, la cual es producto de tu mismo proceder para con los demás.
Este post fue publicado originalmente por el mismo autor, en WWW.MATUTINOSESPIRITUALES.BLOGSPOT.COM el 1-2-2011
Angel Paz
Angel Paz
